"Lo único bueno que tienen las fronteras son los pasos clandestinos," esta afirmación del escritor Manuel Rivas, en su libro "El Lápiz del carpintero" refleja todo lo contrario, de lo que ocurre en la frontera entre Colombia y Venezuela, a continuación, revisaremos algunos argumentos breves que respaldan la tesis que titula este artículo, así:
El Cierre de la frontera
El cierre de la frontera por parte de Colombia, tenía varios
objetivos, en primer lugar mitigar el impacto de la migración Venezolana hacia
Colombia y en segundo lugar poner algo de presión política sobre Caracas, sin
embargo al pasar el tiempo, observamos que en el tema de migración el flujo de
personas que pasan la frontera en vez de atenuarse, tiende a mantenerse y/o
aumentar, por su parte el gobierno de Venezuela siempre encuentra la forma de
"legitimar" sus posiciones, acciones e inacciones frente a sus
ciudadanos, y son una de las razones por las cuales el cierre de frontera no
tuvo los efectos esperados.
Manteniendo las medidas a pesar del costo social
Después de varias semanas y meses de haber cerrado la frontera, se
continuó evidenciando que el flujo de migrantes no disminuía y que a Caracas la
medida no le implicaba ninguna dificultad, así el tiempo continuó pasando y las
dificultades que presentaban los ciudadanos para cruzar la frontera por los
pasos clandestinos se fueron acentuando y diversificando.
Esto derivo en al aumento de los indicadores de personas
indocumentadas en territorio nacional, de asesinatos, desapariciones y de
aumento de la delincuencia en la frontera, consolidándose los elementos
necesarios para la "tormenta perfecta" que se evidenciaría
seguidamente.
La tormenta perfecta (Seguridad en la frontera)
La situación descrita creó las condiciones para que los grupos
armados y la delincuencia organizada tuvieran una nueva fuente de renta,
"El paso de la frontera". La indiferencia del gobierno colombiano y venezolano
frente a esta situación durante mucho tiempo devino en que el control de los
pasos fronterizos por estos grupos, termine con la vida de familias enteras,
con la desaparición de personas, con el robo de sus pertenencias, con la trata
de niñas y adolescentes y con el reclutamiento forzado de jóvenes para
integrarse a los diferentes grupos armados y bandas delincuenciales.
Esto hizo que los actores armados se repartieran los tramos de
frontera y las rentas de estas de tal forma que se convirtieron en los nuevos
señores de la frontera, y como ninguno de los dos gobiernos hace presencia
actualmente, esta situación a catalizado otro tipo de procesos en la frontera,
en especial el de el tema de las drogas que ha visto como se abren los caminos
para su libre paso hacia territorio venezolano.
La frontera abre paso a las drogas
El control por parte de los grupos armados ha permitido que casi
por cualquier parte de la frontera se logre el tránsito de las drogas que se
producen en Colombia hacia territorio venezolano, atravesando los ríos en
lanchas, canoas, planchones, a pie o cargados al hombro dependiendo de qué tan
alto este el nivel de los ríos, pasan varios cientos de kilos de coca que
inician su proceso de distribución y comercialización hacia Europa y los
Estados Unidos principalmente.
Consolidándose esta como una nueva renta que obtienen los grupos
ilegales que controlan la frontera y que es posible gracias a que ninguno de
los estados a lado y lado de la frontera hacen presencia en esta, lo que constituye
una razón más por la que en este cierre de frontera hace que estos grupos se
hayan fortalecido.
Guerrillas, Paramilitares y las Fuerzas Armadas de Venezuela
ELN, FARC-EP (Disidencias), Nueva Marquetalia (FARC), AGC
(Autodefensas Gaitanistas) EPL (Pelusos), El Clan del Golfo, grupos de
delincuencia común organizada y las Fuerzas Armadas Venezolanas, son algunos de
los actores que se suman a la disputa por el control de la frontera y operan
geográficamente en diferentes zonas:
Por parte del ELN se ha evidenciado su presencia en ambos lados de
la frontera desde El Catatumbo, pasando por Cubará, Arauca y Vichada hasta
Puerto Carreño, por su parte las FARC_EP (Disidencias) se ha evidenciado su
presencia a ambos lados de la frontera Entre Catatumbo y Arauca.
Por su parte la denominada Nueva Marquetalia (EX-FARC), Se ha
evidenciado su presencia sobre todo del lado venezolano de la frontera con
esporádicas incursiones en zona rural de Tibú, Zona rural de Cúcuta y otros
municipios de Norte de Santander.
Las AGC (Autodefensas Gaitanistas) se ha evidenciado su presencia
en la zona rural de Cúcuta, Puerto Santander y algunas incursiones pequeñas en
otras zonas del Catatumbo fronterizo, así mismo el EPL (Pelusos) venido a menos
desde la muerte de Megateo por los enfrentamientos constantes por parte del
Ejercito y del ELN, FARC-EP (Disidencias) lo redujeron significativamente y se
señala que algunos de sus integrantes vienen haciendo alianzas con bandas de
delincuencia organizada en algunas zonas del Catatumbo.
Por su parte las Fuerzas Armadas Venezolanas y de acuerdo con los
reportes de noticias y videos, vienen enfrentando a las FARC-EP (Disidencias)
asentadas en territorio venezolano, en apoyo a la denominada Nueva Marquetalia
toda vez que el contubernio y connivencia entre estas se evidencia en cada
reporte que emiten las organizaciones internacionales en ese lado de la
frontera, así como el de los paramilitares con las fuerzas militares de
Colombia a este lado de la frontera.
Como observamos la diversidad de actores en la frontera y las
dinámicas entre ellos, sacan provecho de la ausencia de ambos estados en la
frontera lo que acentúa las pésimas condiciones y situaciones que viven las
personas que transitan en este entorno.
Debilidad institucional
Los municipios del lado Colombiano en esta frontera no pueden
hacer mucho frente a toda esta situación, ellos resuelven lo que les es posible
con sus recursos, adicionalmente lidian con el tema de la pandemia y sus
consecuencias en territorio, sumadas al debilitamiento de sus economías por el
cierre de la frontera desde hace varios años, así las dinámicas descritas ponen
a estos municipios en condiciones de vulnerabilidad institucional, y en una
completa incapacidad de dar cuenta de lo que ocurre en los bordes de sus
propios territorios.
La sociedad civil
Las organizaciones sociales en toda la frontera, sobre todo las
adscritas a ANZORC propenden por una rápida implementación del acuerdo de paz,
por relanzar el acuerdo y por abrir las fronteras, por que reconocen que una de
las situaciones que cataliza el conflicto en este corredor fronterizo es
justamente que la frontera este cerrada.
Presencia social y no militar del estado
La presencia que se requiere en este corredor fronterizo no es
militar, ni mucho menos humanitaria por migración, la presencia y el estado que
se requiere en esta zona de frontera es la de la inversión social, la del
estado que arregla y construye escuelas, centros de salud, carreteras, el
estado que cree en la cultura y que fortalece las instituciones y al ministerio
publico para que sea garante de los derechos de esta población, ese es el
estado que se requiere en frontera.
Por todo lo descrito anteriormente, por la pérdida de líderes sociales, por la vulneración a los derechos humanos, por una política de migración clara de parte del gobierno colombiano, y para que paren todas las vulneraciones en esta línea de frontera, es urgente hacer un llamado para que la frontera sea reabierta nuevamente y sean los actores institucionales los que se hagan presentes y se mantengan activos en un corredor estratégico para la seguridad y estabilidad del país y de la paz.
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